viernes, 15 de febrero de 2008

¿Qué es filosofar?

En este mundo de contradicciones y de speudos intelectuales, he visto con horror que filosofar ahora es copiar frasecillas de por ahí; de las que todos cuelgan en la red y ponerlas en algún tema que le dará al autor cierto aire de intelectualidad o de prestigio, hacer un power point con frases altruistas sacadas de algún libro de motivación y enviarlo a correr por el mundo acompañado de imagenes tiernas, de amaneceres o de florecillas, o leer algún libro de los mismos de motivación y hacer suyo el discurso que allí encontraron, bien sea porque les pareció verse reflejados allí mismo, en las palabras mismas de autor o porque sin más no más decidieron que ese era el que les ajustaba o quedaba como anillo al dedo.

"Filosofar... es buscar la sabiduría por medio de un esfuerzo consistente de reflexión. Nadie puede filosofar y disfrutar de una vida incompatible con ello. La sabiduría es el conocimiento de los primeros principios y de las primeras causas: conocemos las cosas no como un recuerdo de detalles, sino a través de principios generales." Etienne Gilson

Pareciera que la sana costumbre de cuestionarnos, de hacer preguntas, de pensar sobre un problema, tratar de darle solución y de indagar más sobre el porque de la vida y de nuestro devenir diario ha quedado atrás, la abstracción ya no existe. Ya las personas no quieren encontrar la sabiduría que da el conocimiento: ¡Esta escrito ya, para que pienso! ¡ Otro lo dijo ya, para que me cuestiono!, ya no miran a su deredor, ya no se cuestionan, simplemente dejan que la vida pase.

La mayoría de las veces lo único que vemos, son frases vacías, frases copiadas, frases que no dicen nada porque quien las dice no las comprende, no las ha asimilado, solo las ha hecho suyas. Sin tomarse el trabajo de pensar.

Aunque creo soy alarmista, aún hay muchos que gustan de pensar y escribir, creo que ese ha sido uno de los grandes logros del los blog, que podemos pensar y escribir, a lo mejor alguien se atreve a cuestionarnos, porque de lo contrario, el maravilloso don del cuestionamiento quedará solo para los infantes.

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